Comentario
Relación de los mexicanos de las cosas que se ofrecían en el templo
Ofrecían muchas cosas en las casas que llaman calpulli, que eran como iglesias de los barrios donde se juntavan todos los de aquel barrio, ansí a ofrecer como a otras cerimonias muchas que allí se hazían.
Ofrecían comida y mantas, y aves y maçorcas de maíz, y chían y frixoles y flores; esto ofrecían las mugeres o donzellas por casar, pero en los oratorios de sus casas no ofrecían sino comida delante de las imágines de los dioses que allí tenían. Esto hazían cada día, luego de mañanita, y la señora de la casa tenía cuidado cada mañana de despertar a todos los de su casa para que fuessen a ofrecer delante de los dioses de su oratorio.
Ofrecían encienso en los cúes los sátrapas de noche y de día a ciertas horas; incensavan con unos incensarios hechos de barro cozido que tenían, a manera de caço, de un caço mediano, con su astil del grosor de una vara de medir o poco menos, largo como un codo o poco más, hueco, y de dentro tenía unas pedreçuelas por sonajas. El vaso era labrado como incensario con unos labores que agujeravan el mismo vaso desde el medio abaxo; cogían con él brasas del fugón, y luego echavan copal sobre las brasas, y luego ivan delante de la estatua del demonio y levantavan el incensario hazia las cuatro partes del mundo, como ofreciendo aquel incienso a las cuatro partes del mundo, y también incensavan a la estatua; hecho esto, tornavan las brasas al fugón. Esto mismo hazían todos los del pueblo en sus casas una vez a la mañana y otra a la noche, incensando a las estatuas que tenían en sus oratorios o en los patios de sus casas; y los padres y las madres compelían a sus hijos que hiziessen lo mismo cada mañana y cada noche.
Del ofrenda del incienso o copal usavan estos mexicanos y todos los de Nueva España de una goma blanca que llaman copalli, que también agora se usa mucho para incensar a sus dioses; no usavan del incienso, aunque lo hay en esta tierra. De este encienso o copal usavan los [sá]trapas en el templo, y toda la otra gente en sus casas como se dixo arriba. Y también lo usavan los juezes cuando havían de exercitar algún acto de su oficio; antes que le començassen echavan copal en el fuego en reverencia de sus dioses, y demandándoles ayuda. También hazían esto mismo los cantores de los areites, que cuando havían de començar a cantar primero echavan copal en el fuego a honra de sus dioses, y demandándoles ayuda.
Usavan una cerimonia generalmente en toda esta tierra, hombres y mugeres, niños y niñas, que cuando entravan en algún lugar donde havía imágines de los ídolos, una o muchas, luego tocavan en la tierra con el dedo y luego le llegavan a la boca o a la lengua. A esto llamavan "comer tierra"; hazíanlo en reverencia de sus dioses, y todos los que salían de sus casas, aunque no saliessen del pueblo, bolviendo a su casa, hazían lo mismo, y por los caminos cuando passavan delante algún cu o oratorio hazían lo mismo. Y en lugar de juramento usavan esto mismo, que para afirmar que dezían verdad hazían esta cerimonia, y los que querían satisfazer del que hablava si dezía verdad, demandávanle que hiziesse esta cerimonia, y luego le creían como juramento.
Hazían otra cerimonia comunmente que llamavan tlatlaçaliztli, que quiere dezir "arrojamiento", y era que nadie comiesse sin que primeramente arrojasse al fuego un bocadillo de lo que havía de comer.
Tenían otra cerimonia también común, que nadie havía de bever pulcre sin que primero derramasse un poco a la orilla del hogar; y cuando quiera que encetavan alguna tinaja de pulcre, primero echavan en un lebrillo cantidad de ello, y ponían un lebrillo cerca del fuego y de allí tomavan con un vaso y derramavan al canto del hogar a cuatro partes un vaso de aquel pulcre. Y hecho esto, bevían los combidados, y ante de esto nadie usava bever. Esto llamavan tlatoyaoaliztli; quiere dezir "libacio" o "gustamiento".